- El cementerio viejo del pueblo se encontraba anexo a la iglesia, en su cara norte (utilizado hasta 1900 más o menos) Una de las paredes del cementerio viejo disponía de un pequeño arco donde había una imagen de Santa Lucía. Se desmantela a finales de los años 70
La Iglesia Parroquial de Cascantes de Alba, está dedicada a San Pedro, Patrón del pueblo, cuya onomástica se celebra el 22 de febrero (día de la Cátedra de San Pedro). Se halla en el centro del pueblo y se accede por un patio rodeado de soportales, se encuentra orientada hacia el Este, posiblemente hacia Tierra Santa.
La Iglesia se encuentra situada en un lugar denominado “El Campo” ¿Necrópolis, antiguo cementerio, malvar, o camposanto?. En la fachada norte de la iglesia observamos, colocado a modo de sillar y, por tanto, reaprovechado, un fragmento de una antigua estela. Su figura es la de una suerte de esfera mitrál.
Delante de una de las entradas laterales del templo, hay un patio cuadrado cerrado. Sobre la entrada del mismo; por la qué hay que acceder para entrar luego en la iglesia hay una cruz de piedra con una forma muy peculiar (en rombo), Especial atención merece el dibujo labrado en la base de la Cruz, que es la representación Celta del sol. Sobre esta cruz se alza otra de hierro, que tiene la flecha de una veleta, en la que, calada, puede leerse la siguiente inscripción “SANTO MALBAR”, una clara alusión al cementerio, pues los campo santos, en un pasado no tan remoto, recibían la denominación de malvares, de ahí la expresión de «Criar malvas» que se aplica a quienes están enterrados. Comentar, que en lo que hoy es la Plaza de la Iglesia “El Campo”, cuando hace ya años hubo excavaciones para realizar alguna reforma, se descubrieron «sepulturas»
Antiguamente los enterramientos se realizaban en el interior de la Iglesia (hasta principios del siglo XIX), posteriormente en el “cementerio viejo” (hasta el año 1900) y desde 1900 hasta hoy en el cementerio actual.
Edificaciones anexas a la iglesia:
- El Campanario. Comentar que disponía de tejado, actualmente desaparecido, y que en una de sus esquinas se aprecia una losa que podría haber sido un reloj de sol….
- Entre 1946 y 1949 se levanta la espadaña de la iglesia desde su altura inicial hasta la altura actual; en estos años se funden las campanas antiguas, para agrandar la pequeña disminuyendo el tamaño de la grande, campanas actuales de la iglesia.
- Hacia 1940, se decide construir la casa Rectoral, sufragándose su coste con el dinero obtenido por la venta de la finca denominada el Hospital.
- Durante la época de D. Marcelino como párroco, principios de los años 40, se acometieron las obras de realización de la Panera (trastero de la Iglesia), para lo cual prolongó la capilla de la Virgen del Rosario hasta la torre
- En 1956 el cura Hipólito González, a cambio de adquirir los bancos de la iglesia, dona al Museo Diocesano la imagen de Nuestra Señora del Rosario y de la Virgen de los Remedios, esta última se recupera en 1982, por lo que hoy en día esta capilla se dedica a la Virgen de los Remedios,
LA IGLESIA, SU EDIFICIO Y ORNAMENTACIÓN.
Exterior: alero de teja volada, pórtico a una vertiente sobre dos columnas dóricas de piedra, muros con mampostería de piedra y sillares en las esquinas, espadaña de dos cuerpos, puerta con arco de medio punto y empedrado con dibujos a la entrada de la Iglesia del siglo XVI.
Interior: Cabecera cuadrangular, cubierta de bóveda vaída enmarcada en arco de triunfo, nave única cubierta de techo raso, arcosolio y capilla lateral de techo raso y sacristía también lateral.
Ante la puerta de entrada a la nave rectangular del templo, dos columnas de piedra.
En su interior conserva retablos barrocos del siglo XVII. En el principal se muestran dos tablas representando al Apóstol Santiago y San Antonio de Padua, además de la talla de San Pedro y de la Inmaculada, así como una pequeña talla de San Antonio de Padua, de finales del siglo XIX
Uno de los retablos laterales se adorna con tonos dorados, y en él se encuentran una tabla que representa a San Antonio Abad, en el centro se ha colocado la talla de Sta Lucia, proveniente de la ermita-hospital, ya derruida, dedicada a esta santa.
Apuntar que a partir de mediados del siglo XVII existe en el pueblo la Ermita/Hospital de Santa Lucía, situada en la finca denominada, aún hoy en día, el Hospital.
La Ermita sufrió a lo largo del tiempo desmontes y reparaciones hasta su desaparición. Cronológicamente, se desmontó su techumbre en 1877 y fue cubierta de nuevo en el año 1882, posteriormente a principios del siglo XX, fue desmantelada totalmente, nos ha llegado el recuerdo de una verja de madera a través de la cual se veía en el frente la imagen de Santa Lucía.
En un segundo retablo se encuentra la talla de La Virgen de los Remedios, Patrona del Pueblo.
Según nuestros mayores, antiguamente la fiesta del pueblo era el día 22 de Febrero, día de la Cátedra de San Pedro, pero como era tiempo de Cuaresma nunca se podía celebrar, por lo que se cambió para la fecha actual del 12 de Octubre día de la Virgen de los Remedios, patrona del pueblo.
Contar, que como segunda advocación se celebra la Octava del Corpus (domingo siguiente al Corpus Christi). Hasta los años 70 se celebraba esta fiesta, con verbena y todo, actualmente, únicamente se realiza la procesión del Corpus, engalanando su recorrido con ramas de peorno (en flor en esta época), apoyadas en las fachadas de las casas o en los muros de las fincas, también se van tirando pétalos de flor a lo largo del recorrido.
HISTORIA DE LA IGLESIA EN CASCANTES DE ALBA
Las reseñas y apuntes históricos que se reflejan en este apartado han sido recogidos de la obra «Gordón y Asturias, historia de una vida eclesiástica común» escrita por Carlos Luque Cabal.
La Iglesia de Cascantes de Alba ubicada en el territorio del Concejo de Alba, perteneció originalmente al Conventus Asturum, cabe pensar que, en los primeros tiempos de la religión cristiana en la Región Leonesa, estuviese incluida en la Diócesis de Astorga, o Astorga-León, cuyos límites, en verdad no del todo claros, coincidirían quizá con los del propio Conventus, sin entrar en si poseyó, o no, anteriormente al reinado de Ordoño II jurisdicción territorial eclesiástica propia.
Una vez que el emperador romano Constantino, en su proclama del edicto de Milan (Año 313) reconoce la religión cristiana como la oficial del imperio, se diseminó su práctica por las aldeas o villas de Hispania alejadas de las ciudades.
Parece probable que la religión cristiana arraigó prontamente entre algunos legionarios romanos y en los latinizados astures, por lo que el asentamiento de iglesias y pequeñas comunidades cristianas en zonas, cercanas a la Legio VII, debió realizarse relativamente pronto y, entonces, los orígenes del catolicismo en la comarca se remontarían a los años de dominación romana.
Cabe resaltar la existencia de algunos documentos interesantes, ciertas escrituras primitivas, como una referida al año 361 (En el Libro Gótico de la Catedral de Oviedo) en la que se relata como en tiempos del rey vándalo Guntamundo, sucesor de Hunerico, se fundaba la ciudad de Lucus Asturum (cercana a Oviedo) y se indican los límites de la configuración eclesial Astúrica, cuya sede principal se cree que estaba situada en esta ciudad, y abarcaba, en los términos meridionales, los dominios de la Vide, Villar de Frades, Plombera (antigua denominación de Llombera), Alcedo y Cascantes, hasta el árbol de Quadros.
«A flumini magno Ove, Per omnes litus secus oceanis maris de totas asturias, usque in terminum de vizkaia. Per sum caprio, Per Espinosa, Per porres, Per sancta gatheia, per araueio, Per pozazul, Per lumba de foios, Per alfoz de olea, Per plano de sancta maria, Per foz de rrubias, Per pantriame, Per serra de munnio, Per pena rubea, Per panes, Per true, Per lumba de tauro, Per mensa pelagii, Per veza, Per erzinorium, Per uentanella, Peranneliona, Per panda de carrul, Per carisiam, Et descenditad campo langa secus flumen uernisga. Per illa vite, Per uillar de fratres, Per plombera, Per abzero, Per cascantes, Per ecclesiam Sane ti Martini de illa seku et cum illos parroquianos tatos de cabanellas et pertrensiit vernisgam et Per illum magnum arburem qui vercum de quadros»
Este documento parece confirmar que, en estos momentos, ya existiría una arraigada organización territorial y que en las localidades citadas era posible que se dieran las circunstancias apropiadas para la celebración de cultos cristianos con un aceptable grado de estabilidad.
Basándose en el hecho de que tanto la división eclesiástica hecha por los reyes vándalos como la realizada por Wamba, se hallen recogidas en cronicones diferentes y pensando en que todos se debieron basar en legajos muy anteriores a ellos que no han llegado a nuestros días, le dan cierta credibilidad a dichas hitaciones.
Durante el reinado de Alfonso II el Casto, en particular en la tregua entre los años 823 y 838, se potenció el acondicionar o bien construir pequeñas iglesias y cenobios en los poblados por entonces más destacados de la ribera del Bernesga, así como de otros dispersos en parajes aislados entre montañas. Así lo pone de relieve el famoso y muy trascendente Liber Testamentorum (Libro de los Testamentos), que relata los tiempos del rey Casto y que comienza con la frase “Totas scilicet Asturias per Pirineos montes usque Sumrostrum et usque Trasmera et usque ad litus maris..”
En él se venían a establecer los límites meridionales de la recién inaugurada, en el año 811, diócesis ovetense incluyendo “Arbolio, Gordon et Alva usque in illo arbore de Quadros”.
De igual forma durante la monarquía de este rey Casto, el papa Gregorio IV (827-844) vuelve a confirmar en el 837 los límites eclesiásticos de la incipiente diócesis ovetense citando para el sector de la vertiente leonesa y según traducción del latín: «por el árbol de Quadros al otro lado del rio Bernesga por entrambas partes del rio, todo la tierra de Alva y de Gordon y de Arbolio y de la otra parte del rio Omania»
Hacia el año 875, por parte del papa Juan VIII (872-882) tiene lugar la confirmación de los privilegios de la diócesis metropolitana de Oviedo. Gestionaba entonces la prelatura episcopal Hermenegildo I, avalando de nuevo o mediante una bula la extensión de su jurisdicción, la cual abarcaba, en las tierras de la vertiente leonesa: “Coyanza, rio Órbigo, Valdeordas, Luna, Gordón y Babia». Por otra parte los ámbitos transmontanos de Asturias ocupaban “desde el rio Ove per Pirineos hasta el Deva» Respecto al ámbito de la ribera del Bernesga y sus áreas limítrofes indica “per arborem de Quadios secus fluuium, Uernisgam ex utraque parte per fluuii totan terram de Alua et de Gordone et de Arvolio» manteniéndose el árbol citado como un referente importante para establecer la frontera entre los territorios eclesiásticos ovetense y leonés. Incluye, a su vez, todas las propiedades aportadas ya desde tiempos de Pelayo, Favila, Alfonso II el Casto y demás reyes.
Cascantes de Alba aparece documentado desde muy temprano. En los años 905 y 906, en donaciones hechas por Alfonso III el Magno (Rey de Asturias) a la iglesia Ovetense, se menciona a Cascantes y su iglesia de San Félix, de la que no queda memoria salvo, quizá, en el topónimo “Valdeiglesía», al este del pueblo.
Esta iglesia pudo estar ubicada en el mismo lugar donde se encontraba el palomar de Valdeiglesia, ya que entre sus ruinas se pueden apreciar piedras de sillería labradas.
Posteriormente el rey Alfonso X el Sabio (1252-1284) donó, a los dos años de su mandato, a los obispos y a la diócesis de Oviedo todas las iglesias de las pueblas que había ordenado hacer en su jurisdicción y las que mandase construir en adelante, reservándose su patronazgo.
Poco después autorizó a los prelados a; “fazer pueblas ennas suas tierras (…) e que fiziessen juyzes e alcalles que fuessen sus vasallos assi como yeran antes que fuesen poblas”.
Este mismo monarca dictaría el 30 de noviembre de 1280 un albalá para que: “los portazgueros de la Puebla de Gordón no cobraren tributo a los vecinos de Oviedo a su paso camino de Astorga y Benavente”
Por otra parte, con la delimitación territorial definitiva del arcedianato de Gordón quedaron a él incorporados nada menos que siete arciprestazgos. Además del de Gordón, se incluían los de Lena de Suso (arriba), Lena de Yuso (abajo), Aller, Langreo, Laviana y Caso con un total de 11 parroquias reconocidas en documentos del siglo XIV y celosamente guardados en los archivos de la catedral de Oviedo.
Cascantes de Alba queda incluida en el Arcedianato de Gordón y dentro de él, en el Arciprestazgo homónimo dependiente de del Obispado de Oviedo.
En el Libro Becerro de la Catedral de Oviedo, aparecen incluidas en el Arciprestazgo Gordonés las parroquias de Olleros, Sorribos, St. Columba de la Puente de Alva, (con Perediela “Peredilla”), Alcedo, Valsemana, Cascantes y La Seca, establecido esto en el año 1385, forma en la que continuó hasta la creación ya reciente del Arciprestazgo de Alba.
Bajo la tutela del arcipreste de Gordón estaba el mayor número de unidades parroquiales del arcedianato, las cuales manteniendo sus ancestrales denominaciones, eran las siguientes: Santa María de Casares, San Miguel de Montosa y San Mames de Coviellas (las tres atendidas por el abad de Arbas) San Justo de Boyza. San Juan de Folledo, Santo Eugenio de Alcedo, Santa María de San Martiel, San Martino de Bergas, San Martino de Villasempliz, San Pedro de Geras, San Juan de Cabrunanna, San Cipriano de Pobladura, Santa Maria de la Pobla de Gordón, San Pedro de Cascantes, San Martino de Quadros, San Pedro de Sorribos, San Miguel de Olleros, San Juan de Paradiella, Santa Columba de Alva, Santa María de Vega de Gordón, San Juan de Nozeda, San Martino de Pobladura, San Miguel de Camplongo, Santianes de Tonin, San Pedro de Ruydermo, San Pedro de Villanueva, Santa Lozia, Santa Maria de Ruytallada, San Martino de la Seca, San Pedro de Gordón, San Andrés de Véntosilla (también llevada por el abad de Arbas). Añadir el control y la gestión de las abadías de Santa María de La Seca y la ya reseñada de Santa María de Arbas y otros monasterios como San Antón (Buiza), Huergas y Puente de Alba este último localizado en los recónditos parajes de “Monte los Frailes y El Soito» con cierta probabilidad identificable con el de San Cipriano.
Según se desprende del citado Libro Becerro la «presentación» de algunos curatos o capellanes adscritos a las iglesias parroquiales del arciprestazgo de Gordón era realizada por la más alta dignidad eclesial. El número de curatos que estaban registrados en el arcedianato de Gordón era de 32, de los cuales 6 eran presentados por el Obispo de Oviedo y 2 por el cabildo. La gran extensión territorial de este arcedianato obligaba a su dignatario Martín Lópiz, en 1303, a realizar largos viajes desde Oviedo, principalmente en el periodo estival para evitar los riesgos de nevadas.
En la demarcación más meridional del arciprestazgo de Gordón destacaba la parroquia de Santa Eugenia de Alzedo y su hijuela La Robla, cuyo curato percibía por entero los frutos, de los que debería dar resultados a la Casa de Alzedo. Confirmándose a su vez la existencia de la capellanía de San Antonio de Padua cuyo patronazgo pertenecía a Pedro de Quiñones, Señor de Alzedo. Junto a estas, las parroquias de Cascantes, Sorribos, Valsemana, La Seca y Olleros, completaban este dominio eclesiástico.
En 1613, el rey Felipe III, conocido como el “Piadoso” (1528-1621) actualizó el estado de cerca de cien parroquias de la diócesis de Oviedo, en esta actualización se reconocieron las donaciones al arciprestazgo de Gordón, efectuadas ya desde Alfonso III el Magno, de los santuarios de San Juan de Buiza, Santa Lucia de Gordón, Santa Columba de Puente de Alba y de San Pedro de Cascantes.
Desde el Concilio de Trento se institucionalizaron las Visitas de los obispos o de los arcedianos a las parroquias, y se constata que localidades como Pola de Gordón, Villamanín, Alcedo o Cascantes van adquiriendo progresivamente mayor relieve, refiriéndose a ellas algunos prelados “como islotes apetecidos por curas en medio de la pobreza y aislamiento en que yacían las aldeas”
La permanente afluencia de caminantes sobre todo en los meses del estío, fue testigo también de las notables mejoras que se venían realizando a lo largo de la ruta entre Asturias y León, registrada ya como Carretera de Castilla, que permitieron abrir un nuevo trayecto alternativo antes de llegar a Vega de Gordón mediante la construcción del Puente las Viescas sobre el rio Bernesga y así enlazar con Santa Lucia, Villasimpliz y Villamanín. A partir de entonces, este recorrido fue testigo del paso de los romeros tanto nacionales en su mayoría, como franceses, portugueses, italianos o alemanes, e incluso, en menor cuantía, de flamencos o suizos.
Al mismo tiempo, durante el siglo XVII, tales obras favorecieron que la apertura o reparación de hospitales siguiera en ascenso de manera que entre León y Arbas, estuvieran efectivos los centros de Cascantes (Ermita de Santa Lucia), La Robla (Celada), La Pola de Gordón, collado de Buiza, donde se mantenía la hospedería de San Antón, Villasimpliz, Villamanín y Villanueva de la Tercia (o del Camino).
En las estancias, destinadas a básicamente a las personas enfermas o lesionadas, el obispado ovetense había determinado, que aquellos peregrinos que estuviesen sanos tan solo podrían pasar una noche, siendo para muchos de ellos el lugar más habitual de pernocta los albergues y casas particulares.
MEJORA DE LOS LUGARES DE CULTO
La gran preocupación manifestada por el obispo Pisador en 1779, hacia la conservación de los edificios sagrados, se vio pronto compensada por la inquietud de los curas de entonces, con vistas a la realización de obras de ornato y ampliación, llegando a adquirir muchos templos, a lo largo del siglo XVIII una morfología muy similar a la de hoy en día, así ocurrió con un buen número de iglesias del arciprestazgo de Gordón, muy en particular los renovados lugares sacros de San Pedro de Beberino, San Juan Bautista de la Vid, Nuestra Señora de Vega, San Martín de Huergas, etc.
Otros emplazamientos del arciprestazgo como la iglesia de San Pedro en Cascantes, las ermitas familiares del Santo Cristo del Amparo y la Virgen del Carmen, de La Robla la Ermita de Trasierra en Olleros la de Nuestra Señora de Golpejar o la propia Abadía de Arbas, tuvieron sensibles trabajos de reparación o bien fueron reconstruidas o ampliadas por este tiempo. A los lugares de culto se les exigía mantener unas instalaciones dignas, limpias y suficientemente adornadas, donde se dieran condiciones de respeto y veneración por ser la Casa de Dios, con sus imágenes y ornamentos bien cuidados.
Teniendo en cuenta que Fernando VII, en 1820, vuelve a restablecer la legislación desamortizadora. Según la base documental de la Catedral de Oviedo, el 19 de Mayo de 1821, queda registrada una relación correspondiente a una valoración de los diezmos y derechos de Estola a pie de altar de los curatos del arciprestazgo de Gordón, el curato de Cascantes de Alba presenta una valoración de 1.300 reales de vellón en Diezmos y 250 reales en Pie de Altar. El curato de Cascantes a principios del siglo XIX y pagaba 1.767 rr
Durante el siglo XIX se editaron los Boletines eclesiásticos del obispado de Oviedo, siendo una anécdota curiosa el hecho de que cinco años después de su impresión y envío, no dejó de pasar por serias dificultades al no responder con las 5 pesetas de suscripción muchas de las parroquias, entre ellas la mayoría de las de Gordón. Tan solo venían cumpliendo eficientemente La Robla, Alcedo, Cascantes y Valsemana.
Reseñar que de entre todas las cofradías existentes en la comarca de Alba, destaca por su interés la de los Doce Clérigos de Alba, de ámbito comarcal, que empieza a verse documentada a partir del siglo XVI. No es del todo bien conocido el propósito de este tipo de cofradías religiosas de las que conocemos también la homóloga de los Doce Clérigos de Gordón y que fueron frecuentes en la Edad Media, emulando su número el de los Apóstoles, intentando quizá relacionar esencialmente la finalidad de estas cofradías con la del grupo apostólico.
La cofradía de los Doce Clérigos de Alba estaba compuesta por clérigos del Estado Noble del Concejo de Alba y solía reunirse en La Robla, en el santuario de Celada, en una casa aneja al mismo, quedando escaso recuerdo hoy de aquella cofradía en la comarca.
COFRADIAS CASCANTES DE ALBA
A principios del siglo XX, existió la Cofradía de San Pedro, formada por los mozos del pueblo.
En 1959 tuvieron lugar “Las Misiones” realizadas por frailes de los Padres Capuchinos que llegaron al pueblo a predicar y recaudar donativos.
Durante las “misiones” se subió una cruz, formada por dos troncos de madera, al alto del monte de Valdeiglesia. Esta cruz estuvo en pie hasta finales de los años 80.
Durante esta época y años atrás, existieron en el pueblo dos cofradías: la del Sagrado Corazón de Jesús y la de las Hijas de María, siendo las cofrades de esta última, las que cantaban “el Ramo” a Santa Lucía
Por otro lado, las gentes de Cascantes de Alba tenían una estrecha relación con la Cofradía del Santísimo Cristo de la Vera Cruz de Cabanillas (Fundada en el año 1613), formando parte de la misma como hermanos y en algunos casos ocupando el cargo de Juez, llegando a realizar los cabildos en el pueblo de Cascantes de Alba
Por último, tocar de pasada el tema del Santo Oficio, casi desconocido en lo tocante a la comarca, excepto por el hecho de que en La Robla tradicionalmente se viene denominando a un edificio sito en el centro de la villa «Casa de la Inquisición» y se aseguraba que en ella tuvo asiento esta institución y que allí se llevaron a cabo algunas torturas, casa propiedad posiblemente de algún sacerdote miembro del Sto. Oficio, cuestión quizá exagerada luego por el pueblo.
Otra referencia al Santo Oficio aparece en un documento donde, Bartolomé de Rabanal, cura de La Milla, natural de Cascantes de Alba, se dice en 1693 heredero del licenciado Andrés del Rabanal, familiar del Santo Oficio y también de Cascantes, en una venta que hace a Bartolomé de Aller, cura de Velilla y abogado de los Reales Consejos.